Puede que ya hayas intentado solucionar tu problema sin éxito. Si es así, déjate ayudar a través de nuestra terapia para adultos
Pedir ayuda no significa admitir el fracaso. Comenzar una psicoterapia significa tener la valentía de cuestionarse uno mismo para comprender los propios malestares y demostrar que se quiere mejorar. Es una opción de salud que te permite conocerte mejor, identificar y capitalizar tus recursos y afrontar mejor tus tensiones, infelicidades, inseguridades. Podemos ayudarte si…
- Sientes soledad
- Sientes enfado o tristeza la mayoría del tiempo
- Notas excesiva ansiedad o ataques de pánico
- Te sientes particularmente estresado/a
- Tienes miedos irracionales
- No consigues llegar a ningún objetivo
- No te sientes satisfecho/a de cómo eres
- U otras dificultades
Si algo de esto te está ocurriendo, es señal de que sería aconsejable empezar una terapia para poder terminar con el sufrimiento y empezar con el cambio.
Sin embargo, a diferencia del estereotipo social, la psicoterapia no es solo una intervención sobre el malestar, es también un proceso de comprensión de uno mismo y una gran oportunidad de crecimiento. De hecho, cada uno de nosotros tiende a confirmar patrones mentales interiorizados sobre sí mismo y sobre los demás, que activan comportamientos acordes con estos criterios de evaluación, sin darnos la oportunidad de captar el significado auténtico de lo que realmente sentimos.
Hay, por tanto, una tendencia a activar formas automáticas de hacer las cosas como resultado de pensamientos involuntarios que pueden limitar la forma de relacionarse con uno mismo y con los demás.
Cómo funciona la terapia
La primera sesión
La primera sesión es un espacio donde la persona se presenta y comparte, a su ritmo, las razones que lo han llevado a buscar ayuda. No hay juicios, sólo escucha.
En esta fase inicial, analizamos la situación y definimos el mejor camino para ayudar con eficacia. Haremos preguntas personales que el paciente puede o no responder, y utilizaremos pruebas específicas si necesitamos profundizar.
La confianza como base
Una buena terapia se construye sobre una alianza terapéutica fuerte, donde quien acude se siente libre de hablar de su vida sin miedo a ser juzgado.
Esta relación de confianza es el cimiento del cambio y la clave para obtener resultados reales. Porque sin confianza, no hay avance; con ella, el proceso se vuelve poderoso y transformador.
Acción y resultados
En la segunda fase, aplicamos técnicas y metodologías probadas, adaptadas a cada persona. Los cambios son paulatinos, no inmediatos, y dependen de factores únicos en cada caso.
Sin embargo, nuestros pacientes notan mejoras visibles después de pocas sesiones. El cambio es un proceso, pero comienza con un simple paso.
"La terapia es un viaje de autodescubrimiento. No es un viaje rápido, fácil o sin miedo. En algunos casos puede tomar toda la existencia pero la recompensa es la sensación de que la vida no ha pasado en vano". -Alejandro Löwen
Acudir a terapia psicológica ayuda a mejorar la calidad de vida desde diferentes aspectos
Habilidades emocionales
Aprender a identificar, comprender y gestionar las emociones es el primer paso hacia el equilibrio personal.
Mejora de la autoestima
Construir una imagen positiva de uno mismo es clave para afrontar la vida con confianza y seguridad.
Crisis evolutivas y apego
Fortalecer los vínculos afectivos y mejorar la convivencia permite relaciones más sanas y auténticas.
Asertividad en la comunicación
Expresarse con claridad y respeto transforma los conflictos en oportunidades de entendimiento.
Aprender a cuidarse uno mismo
El autocuidado no es egoísmo; es la base para estar bien con uno mismo y con los demás.
Relaciones familiares y extrafamiliares
Afrontar los cambios y comprender las necesidades afectivas facilita el crecimiento personal y emocional.