La ansiedad es un proceso por el que todas las personas podemos atravesar en algún momento de nuestras vidas. Tratarla a tiempo evitará que nos deje paralizados y nos impida realizar con normalidad nuestras actividades cotidianas.
Es probable que tengas en tu entorno a una persona que crees que sufre ansiedad y no sepas cómo ayudarle. Te damos algunas claves para que entiendas cómo debes actuar.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es un mecanismo adaptativo natural que nos permite ponernos alerta ante sucesos comprometidos. Puede ayudarnos a concentrarnos ante los retos que tenemos por delante; pero de manera desproporcionada no solo nos paraliza, sino que puede suponernos un deterioro a nivel psicosocial y fisiológico.
Si esa ansiedad es tan duradera e intensa que nos impide realizar nuestras actividades cotidianas, estaríamos entonces ante un trastorno que requeriría tratamiento psicológico contra la ansiedad.
Cómo se siente la persona que tiene ansiedad
Las personas que sufren ansiedad viven en un estado de tensión y alerta permanentes y sufren síntomas a nivel físico y emocional.
A nivel físico pueden padecer mareos, dolor de cabeza, problemas gastrointestinales, pulsaciones elevadas, sudoración excesiva, temblores, tensión muscular, alteraciones en la piel, aparición de tics nerviosos, debilidad e incluso desmayos.
A nivel emocional es probable que sientan irritabilidad, cansancio, preocupación constante, dificultad para concentrarse, nerviosismo, baja autoestima, bloqueo mental, problemas para conciliar el sueño, fobias, manías, sensación de irrealidad y depresión.
Qué no decirle a la persona que sufre ansiedad
Cuando una persona está atravesando un proceso de ansiedad, debemos transmitirle apoyo y ánimo, y evitar frases dañinas como:
– Te preocupas demasiado / Deja de preocuparte
– No tienes motivos reales para tener ansiedad / Eso es para personas débiles
– Cálmate / Tranquilízate / Respira y relájate / No llores
– Tampoco es para tanto / Estás exagerando / Todos tenemos problemas / Podría ser peor
– Intenta superarlo / Tienes que poner más de tu parte / Tienes que ser más fuerte
– Todo está en tu cabeza / Estás así porque quieres / Si quieres, puedes
– Eres muy negativo / Deberías ser más positivo / Piensa cosas positivas
– No es tan grave / Hay gente que está mucho peor
-¿No será por mi culpa? No he hecho nada malo
– Todos nos estresamos a veces / A mí también me ha pasado
– Tienes que salir más / Has probado a…
– Mañana, cuando te levantes, lo verás con otros ojos
– Solo lo haces para llamar la atención / Deja de quejarte
– No puedes estar siempre así / Tienes que dejar de pensar tanto
-¿Ya empiezas? ¿Por qué estás así ahora?
– Yo te veo muy buena cara
– Anímate, tienes que superarlo y seguir adelante
– No entiendo por qué estás así / No te esfuerzas por salir adelante
Ese tipo de expresiones solo conseguirán hacerle sentir incomprendido y sin apoyo en un momento muy complicado en el que necesita de tu empatía, cariño y comprensión.
Entonces, ¿qué puedo decirle?
Hay muchas maneras en las que puedes mostrar tu interés y preocupación por esa persona e incluso puedes iniciar una conversación sobre la situación que está atravesando.
– Me preocupa verte así, quiero ayudarte / Para mí es importante cómo te sientes
– Estoy aquí para apoyarte, no te voy a juzgar
– Dime cómo puedo ayudarte / Dime qué necesitas
-¿Te ayudaría si estoy a tu lado hasta que se te pase?
– Estoy contigo / Estoy aquí para lo que necesites
– Puedes contarme lo que quieras / Podemos hablar siempre que quieras / ¿Quieres que hablemos con calma sobre algo en particular?
– Te acompaño, no hace falta que hablemos si no te apetece
– Vamos a un sitio tranquilo a (caminar, hablar…)
– No estás solo/sola, estoy aquí para ti
-¿Cómo te sientes? / Tus sentimientos son importantes para mí
– Sé que tienes miedo
Además, si la persona está sufriendo un ataque de pánico, puedes ayudarle a centrarse en su respiración y a realizar algún ejercicio para aliviar la hiperventilación típica de los cuadros de ansiedad, abrazarle en silencio o tomarle de la mano, hablar de lo que le está pasando sin juzgarle, ayudarle a desahogarse y escucharle poniendo toda tu atención y trasmitirle que puede superarlo. “Estoy orgulloso de ti. Bien hecho”.
Y sobre todo, anímale a ir a terapia
Dormir bien, comer de manera saludable, hacer deporte, mantener un horario regular, salir de casa, no consumir alcohol ni drogas y tener relaciones personales sanas son hábitos importantes para reducir la ansiedad, pero necesitamos adquirir técnicas y herramientas que nos permitan hacerle frente.
Si tienes en tu entorno a una persona que sufre ansiedad, anímale a acudir a terapia psicológica contra la ansiedad, le ayudará a comprender lo que le ocurre y poder afrontarlo.
Ponte en contacto con Psiconervión, consulta psicológica en Bilbao. Te ayudaremos a ayudarle.
Soy consciente de la dificultad de tomar la decisión de pedir ayuda y comenzar a ir a terapia, por lo que valoro y respeto a cada persona que hace esfuerzos a todos los niveles para poder acudir. Tengo por tanto un gran compromiso con mis pacientes, además de mucha curiosidad, lo que me impulsa cada día a seguir formándome para poder ofrecer el mejor servicio.